Clinica Integral de Nutrición y Diabetes.
10/03/2020

PREPARADOS NO ASUSTADOS

 

 

 Los coronavirus son una familia o grupo muy común de virus que afecta tanto humanos como animales, y que en las personas puede provocar diferentes enfermedades, desde un resfriado hasta un síndrome respiratorio grave (Neumonía con falla respiratoria).

 

 

 

El coronavirus lleva este nombre debido a que su aspecto es muy parecido al de un halo o una corona. Existen varios tipos de coronavirus humanos, que pueden causar simples resfríos, pero en los últimos años se han descrito 3 variedades zoonóticas, que han traspasado desde especies animales y han afectado al ser humano:

  • SARS-CoV: El coronavirus causante del síndrome respiratorio agudo y grave (SARS)comenzó en China en el 2003, y afectó a más de 8.000 personas. Su mortalidad estuvo alrededor de un 10%.
  • MERS-CoV: El coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) se detectó en Arabia Saudita en el 2012, y afectó a más de 2.000 personas. Su letalidad fue de un 35%.
  • SARS-CoV-2: Durante diciembre de 2019 se registraron los primeros casos de infección respiratoria grave causados por este nuevo coronavirus en Wuhan, China, y desde esta fecha se han producido decenas de miles de casos.

Este es un virus diferente al de la gripe porcina, siendo similar el mecanismo de traspaso inter-especie, ya que son virus zoonóticos que afectan a animales, mamíferos y aves, y que de vez en cuando traspasan las especies y afectan al ser humano

Síntomas del SARS-CoV2

 

En general esta infección comienza con signos y síntomas parecidos a los de la Influenza como son: fiebre, tos y dolores musculares, Afecta predominantemente a personas adultas, mayores de 40-50 años, en la mayor parte de los casos con enfermedades crónicas.

 

 

 

Contagio y complicaciones

Una característica del SARS-CoV2 es la alta contagiosidad entre personas, mayor que el virus influenza y se transmite principalmente por gotitas de secreciones respiratorias, como, por ejemplo, al toser, estornudar, etc.

Los pacientes afectados han sido variables en evolución de cada caso, con un 20% que evoluciona con compromiso pulmonar en estado grave. Como es un virus nuevo, las personas no tienen inmunidad frente a él, y evoluciona con una clara gravedad mayor gravedad que los coronavirus humanos habituales de invierno,

 

Perfil de mayor riesgo

Por lo que sabemos hasta ahora, incluiría a varones mayores de 60 años con patologías crónicas sobre todo de tipo cardiovascular, o bien con factores de riesgo cardiovascular y cerebrovascular, como son hipertensos, diabéticos y fumador es, y también el riesgo sería mayor en personas con cáncer obesidad mórbida o con problemas respiratorios crónicos.

En las mujeres el cromosoma X y  las hormonas femeninas podrían ejercer un efecto protector contra la infección y explicar por qué los hombres se infectan más y mueren más, aunque el pronóstico depende sobre todo  del número de enfermedades presentes previamente, lo que se conoce como comorbilidades. Que la edad avanzada y las comorbilidades nos otorgan un mayor riesgo, es extensible a otro tipo de enfermedades y es algo que sucede con otro tipo de infecciones respiratorias víricas, como la gripe, y que también se ha visto en los otros brotes por coronavirus.

¿Por qué estas personas tienen mayor riesgo?

Las personas con problemas como hipertensión arterial, obesidad, diabetes, o patología cardiovascular y cerebrovascular tienden a tener una respuesta inmune deficitaria. Al tener las defensas comprometidas se hace más probable que se desarrolle una neumonía vírica grave, que implica afectación difusa de los pulmones e insuficiencia respiratoria (dificultad para oxigenar la sangre).

A la inversa, la instauración de una neumonía grave puede descompensar una cardiopatía previa provocando una insuficiencia cardíaca, o bien empeorar una enfermedad coronaria, ya que dificultaría todavía más la llegada de oxígeno al músculo cardíaco alterando su función.

Además, en las enfermedades cardiovasculares existe un exceso de inflamación de manera crónica y global. Por ello cuando se instaura una infección respiratoria puede darse una respuesta inflamatoria exagerada, que no solamente afectaría a nivel cardiopulmonar, sino que lo haría en todo el organismo generando complicaciones en otros órganos.

Todos estos aspectos favorecen el que en personas con problemas cardiovasculares previos las infecciones por virus respiratorios como la gripe o el coronavirus provoquen mayor tasa de complicaciones y de mortalidad.

Embarazadas y niños

En embarazadas no tenemos mucha información acerca del pronóstico, pero nos podemos basar en los casos registrados en brotes previos de coronavirus. Durante el embarazo en caso de neumonía grave, además del riesgo materno, puede derivar en pérdida fetal o partos prematuros. Esto sucede igual en otras infecciones virales respiratorias y es el fundamento de vacunar a las embarazadas contra la gripe.

No se ha demostrado la transmisión directa de la madre al feto ni que se produzca daño directo sobre la placenta. Los casos en bebés se producen por contacto directo, debido a la tos de la madre. Afortunadamente, en los niños la mayoría de los casos parecen cursar de manera leve o asintomática.

Pacientes con inmunodepresión

Los pacientes inmunodeprimidos, por inmunodeficiencias adquiridas como el VIH, o bien inmunosuprimidos porque están trasplantados o reciben tratamiento inmunosupresor por otras patologías, como por ejemplo quimioterapia para el cáncer, son un grupo especial de riesgo. Deben estar prevenidos de infecciones respiratorias ya que son las complicaciones más frecuentes, pero estas medidas deben tenerlas en cuenta siempre y no solamente ante el coronavirus.

En pacientes con patología respiratoria crónica como bronquitis crónica, enfisema pulmonar o asma bronquial es también lógico que una infección viral pueda provocar descompensaciones de su cuadro de base y que desarrollen insuficiencia respiratoria, al tener ya comprometido su aparato respiratorio.

 

El caso de la diabetes

La distribución por edades de la tasa de letalidad de la infección, indica que el riesgo es muy bajo hasta los 50 años, incrementándose progresivamente hasta llegar a casi un 15% en los mayores de 80 años, con una media del 7% entre los mayores de 50 años, especialmente si las personas presentan factores de riesgo asociados, como enfermedades crónicas, especialmente las pulmonares o una diabetes mal controlada. Ello implica, que las personas con diabetes mantengan el mejor control metabólico posible, para estar preparados ante un posible episodio infeccioso, por este virus o por cualquier otro, con los que a diario convivimos.

EL mensaje principal es de tranquilidad, calma y aplicar el sentido común, seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias, especialmente las medidas de higiene de manos, intentar evitar los viajes a áreas con gran número de personas infectadas, y mantener una alimentación y estilos de vida saludables para, en caso de vernos afectados, poder superar sin problemas la infección.

Prevención y tratamiento

·         La limpieza de las manos es fundamental, hay que hacerlo de manera constante con desinfectante. Lavar las manos con agua con jabón o alcohol gel.

  • Limpiar las superficies con cloro.
  • Cuando se vive con una persona infectada, todos los habitantes del hogar deben utilizar mascarilla y deben tener desinfectado el lugar donde la persona está pasando la enfermedad. Eso incluye, además, la ropa de cama, la ropa del paciente y la ropa de la persona que lo atiende. Esto es para reducir el impacto de que pueda diseminar el virus en toda la familia.
  • Si usted se enferma de esta condición, llame al médico y notifique los síntomas para que le indique cómo proceder frente al manejo de la enfermedad.
  • La recomendación para las personas es no viajar a zonas geográficas afectadas por este nuevo virus, y en caso de viajes impostergables a dichas zonas, se recomienda evitar aglomeraciones, uso de mascarilla en los traslados y lavado de manos frecuente.
  • Cabe señalar que actualmente no existe vacuna para esta enfermedad y que se están investigando tanto vacunas como medicamentos antivirales potencialmente efectivos.

 

CONCLUSIONES

El Coronavirus comienza con un conjunto de síntomas como tos, fiebre alta (sobre 38 grados), dificultad para respirar y dolor muscular. Por otro lado, también se pueden presentar, en menor medida, síntomas gastrointestinales como diarrea o vómito y, en casos graves, neumonía o falla renal.

 

Por esta razón, debes asistir a un Servicio de Urgencia o a la consulta de un infectólogo si presentas los síntomas antes descritos y:

  • Has viajado en los últimos 14 días a países con presencia de Coronavirus.
  • has estado en contacto con personas que hayan visitado países con el virus.

La importancia de que las personas con diabetes mantengan el mejor control metabólico posible para evitar en caso de contagio inesperado una peor evolución clínica de la enfermedad vírica

El uso de mascarillas es una medida indicada solo en determinados grupos, principalmente en las personas infectadas y en el personal sanitario y familiar que los atienden. Para la población general en cambio, “pueden dar una falsa sensación de seguridad” y llegar a ser contraproducente.

La diabetes por sí misma no es un factor de riesgo para contraer la infección por coronavirus.

 

Tema de blog por Veronica Camaniero